Coger el coche con el neopreno y el perrín siempre hace
subir la adrenalina y más si nos dirigimos hacia Asturias.
Por estas fechas hará un año que mi hija se instaló allá, ha
cambiado Salinas por Gijón. Una ciudad
bastante ordenada y práctica abierta a
un vivido y potente mar.
Esta semana destacó por sus maretones con viento, lo cual
agradeces cuando decides ir a visitar los Bufones de Pría. Con marea alta, olas
de más de seis metros y, como no, lluvia. ¡Es un espectáculo garantizado! Una
mezcla de incomparables fuerzas naturales que luchan por destacar en unos descomunales desfiladeros.
El sábado nos salió el sol, bajó el mar y la temperatura y logramos
dedicar la fría mañana al surf. César, un amigo de Júlia, nos llevó a una hermosa playa,
enclavada en una reserva natural de gran belleza.
Más tarde supimos lo importante que es la ola de esa playa, le llaman la hermana pequeña de Mundaka. Con marea baja, en la parte Oeste, se forma una potente y larga izquierda. Las olas incluso forman tubos en la desembocadura de la ría. Con marea alta, al Este, surgen muy buenos picos. Se ha de surfear con prudencia ya que hay mucho localismo.
Nosotras no pudimos hacer gran cosa ya que había muchos
surfistas en el agua, pero contentas de despedirnos de la playa con un par de
izquierdas cada una, no muy buenas, pero, al fin y al cabo, izquierdas de
Rodiles.