Flama es mi tabla de surf de madera de paulownia, ecológica y hecha expresamente para mí. El shaper que ha realizado este cuidadoso trabajo es Sergi Galanó. En este blog intentaré exponer mis emociones, las sensaciones y los pequeños avances que voy realizando con mi apreciada Flama. A la vez iré explicando mis inicios en el surf y alguna que otra historia.

martes, 9 de julio de 2019

Surf en Maresme

 

Esta mañana hemos ido Josep M y yo a la fundición de bronce de Vilasar y he cogido la flama  por si podía aprovechar el medio metro que creía que había por el Mareme. Mi  gran sorpresa ha sido, al ver la costa ¡Los olones que había para ser pleno verano! He optado por un spot conocido debido al tamaño de las olas. Si son pequeñas me atrevo en cualquier playa, pero si pasan del metrillo  prefiero saber donde y por dónde entro.

Siguiendo la costa del Maresme me iba poniendo nerviosa al ver las olas turqueses, características de esta parte de Cataluña. Los semáforos me parecían eternos…

Finalmente alcancé mi destino, Montgat. Es el spot en el que aprendió a surfear mi hija Júlia y en el que yo me inicié. Sus olas abren de izquierdas y derechas, pero es más significativa su  rápida, tubera y divertida izquierda. No es una ola para principiantes, pero nosotras desconocíamos otros spots de nuestra comarca y, en aquella época, toda la información que teníamos era la webcam del Masnou, que de lejos se veía el mar, y si había alguna raya blanca es que teníamos olas -Hoy en día añoro esta webcam- Tampoco teníamos Windguru y nos conformábamos mirando  el humo de las tres chimeneas de Sant Adrian para saber si el viento era favorable. Eran otros  tiempos, ahora es más fácil o más difícil ya que hay mucha gente en la mayoría de los picos!

Esta mañana he disfrutado con mi querida Flama. He entrado a la izquierda del espigón y venían series de izquierdas y derechas de un buen metro largo y hasta tenían un buen  recorrido, para ser olas de verano.

La tremenda orillera que se forma en el Maresme, siempre ha sido mi principal preocupación cuando entro en esa playa. Hay un buen escalón para salir, que se junta con la contra que entra y la siguiente ola que llega, si no coordinas todo esto el resultado es un buen revolcón con un final muy poco glamuroso. He visto muchos de estos en Maresme y Barceloneta, incluso tablas partidas por la mitad debido al fuerte impacto.

Un buen baño sorpresa,  incluido el pequeño revolcón de la salida, pero que ha sido recompensado con un buen sorbo de cerveza que me ha ofrecido mi paciente marido junto a  unas bonitas fotos de postureo post surfing.