Flama es mi tabla de surf de madera de paulownia, ecológica y hecha expresamente para mí. El shaper que ha realizado este cuidadoso trabajo es Sergi Galanó. En este blog intentaré exponer mis emociones, las sensaciones y los pequeños avances que voy realizando con mi apreciada Flama. A la vez iré explicando mis inicios en el surf y alguna que otra historia.

domingo, 17 de septiembre de 2023

Olas que te arrancan una gran sonrisa

El día amanece muy nublado, le doy un ligero paseo a Nana, cojo los trastos y me voy hacia Sant Martí. Durante el trayecto las nubes empiezan a ir acompañadas por una ligera niebla. 

Cuando llego me sorprende la cantidad de furgonetas que hay en el aparcamiento, parece que todos sabemos que ese metro que marcan las previs puede estar bien. Aparco y me voy hacia la playa a observar, vislumbro el agua llena de surfistas con unas olas más que aceptables.

Me cambio rápidamente, pongo la parafina en la tabla y me voy para allá. ¿Dónde entro? Primero me dirijo hacia la derecha de la playa, al lado del antiguo muelle, que es dónde me gusta a mí. Intento entrar, pero rechazo rápidamente la idea. No abren bien las olas.

Me resigno y entro con el pelotón. Empezaba a difuminar la niebla, el agua. Cojo una ola, pero tanto mirar para izquierda y derecha, para ver si es mía, hace que el take off lo realice tarde. ¡Tengo que irme de aquí, con tanta gente no haré nada! Salgo con una espuma en la búsqueda de un nuevo pico, que no esté tan abarrotado. En la arena me encuentro con dos amigos, me dicen que al otro lado del espigón no está mal, que ellos se cambian y van para allá. 

Voy para el otro lado de la escollera. Tardaba un poco más la serie y era un poco más pequeña -para mí mucho mejor- y solamente dos surfistas en el agua. La niebla se iba espesando. Empecé   a coger una ola tras otra, de esos días que ya ni las cuentas y eso solo pasa cuando tienes un buen baño. Estuve más de una hora disfrutando de ese mar, con unas olas casi perfectas desdibujadas por la niebla. 

Decidí finalizar la mañana de surf por el cansancio y por la falta de visibilidad. Sin gafas ya no veo nada bien y con la niebla aún menos. Para mayor satisfacción salí del agua con una ola muy larga, de las que te acompañan hasta la orilla, y te arrancan una gran sonrisa. 

Fuera del agua, un surfista me preguntó: ¿están bien las olas? Y es entonces cuando me di cuenta de que la niebla era tan densa que fuera del agua no se veía nada, ni una sola ola. A pesar de todo, le animé a entrar.