Flama es mi tabla de surf de madera de paulownia, ecológica y hecha expresamente para mí. El shaper que ha realizado este cuidadoso trabajo es Sergi Galanó. En este blog intentaré exponer mis emociones, las sensaciones y los pequeños avances que voy realizando con mi apreciada Flama. A la vez iré explicando mis inicios en el surf y alguna que otra historia.

jueves, 14 de noviembre de 2019

Un día de filmación


Hace un tiempo me eligieron para participar en un documental sobre el surf en Catalunya, 265 es su título, que hace referencia a los días que no solemos tener buenas olas en nuestro mar mediterráneo. Para mí es un honor participar en este proyecto ya que es un grupo de buenos surfistas, que además son de un gran interés en lo referente al  surf catalán. Yo no soy buena surfista, pero si soy una gran apasionada capaz de dejarlo todo por una olita de medio metro.

Quedamos el jueves 14 ya que entraba un buen swell de SO, pero acompañado de un fuerte poniente. Por el sur todo estaba muy ventado y nos dirigimos a una playa más resguardada. No la localizo por respeto a los surfistas locales ya que es un spot poco concurrido.

El pico se encontraba a la izquierda de un espigón y para entrar tenías que remontar por la playa de al lado salvando dicho espigón. Me explicaron el funcionamiento de las olas y las corrientes de esa playa, ya que no había entrado nunca y soy miedosa en un spot desconocido. Tuve la gran suerte de compartir ese día de filmación con un gran surfer, Alex. Entré con él y siguiendo sus pasos o, mejor dicho, sus remadas llegamos al pico rápidamente, gracias a esta soltura que me proporcionó el perseguirlo casi conseguí una apariencia de local. Cerca del espigón la ola era más pequeña, pero mucho más hueca y muy rápida, allí se quedó Alex y yo opté por alejarme del espigón e ir a la zona que eran más grandes, pero que abrían más suavemente.

El mar empezó a subir. Me costó una larga hora coger un par de olas ¡Qué nervios! Cuando quieres quedar bien es cuando quedas peor. Algunas las intentaba remar, pero no había manera de pillarlas, otras reconozco que debido a su tamaño y a la inexperiencia con esa ola me daban miedo y no me atreví a remarlas con convicción.

Cogí una buena derecha, tuve que bajar la pared muy agachada para no caer ya que la ola tenía muchos baches, para el take off ya pude incorporarme y reseguir la pared con la mano. ¡Una bonita ola! En  La segunda quise levantarme  rápidamente y al intentar girar caí.

Satisfecha de haber salvado el baño me fui para la orilla. Para salir tuve que adentrarme más debido al  tamaño de las olas y vigilar  que no me arrastrasen hasta el espigón. Una vez en tierra Mario, el productor, surfer y amigo, me informó que me habían filmado en la ola buena. Acabé con una sonrisa que no me cabía en la cara.

Las fotos  no son de ese día, pero sirven para hacerse una idea de cómo es esa ola y poder conocer el  lugar en el que se forma. Hace años que la observo, por eso tengo fotos, y siempre decía que yo allí no entraría nunca debido a su turbulencia, y al entrar en la desembocadura de un rio pensaba que el agua estaría muy contaminada. Mi sorpresa fue cuando descubrí que estaba completamente equivocada, la ola abre bien y con buen recorrido y la calidad del agua es aceptable. Realmente nunca se puede decir nunca.

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